Cienciología


Soy Eva, una madre viuda.

Una secta destructiva denominada cienciología (“scientology” en inglés) y un señor llamado N. B., auditor de cienciología, de Castelar, Provincia de Buenos Aires, Argentina, me han arrebatado el amor de mi hijo S.

Hace ya 4 años de esto.

Durante todo ese tiempo he estado sin saber (¡y sigo sin saberlo!) dónde vive mi hijo. No sé ni con quien está, ni cómo se encuentra de salud. Mi hijo es Licenciado en Administración, él era brillante, muy estudioso e inteligente. Incluso era Ayudante de Cátedra en la carrera de Ingeniería en la materia de Álgebra en la Universidad. Perteneció a un grupo de Docentes Investigadores de la Universidad. Pero por sobre todo era muy bueno y cariñoso con la familia, con sus hermanos y conmigo. Cuando llegaba cansado del arduo día de estudio y trabajo en la universidad, me pedía que lo abrazara, se sentaba encima de mí, hasta pedía que le hiciera "upa" ¡aunque era grande ya!

Nosotros hemos sido siempre pobres. Mi marido falleció hace 20 años por una enfermedad y desde ese momento tomé las riendas de la familia yo sola, para sacar a mis hijos adelante. Mi hijo llegó muy lejos, con esfuerzo y dedicación, terminó la carrera y viajó por Europa y América.


Mi hijo S., de pequeño, en el Campeonato Argentino de Ajedrez en Bahía Blanca, 8 de Marzo de 1995
Mi hijo siempre se cuidaba de contarme cosas por miedo a hacerme sufrir, pero al final me lo contaba todo, era muy compañero mío. Cuando iba a la escuela secundaria, me escribió en una hoja "Mami la Mejor".

¡Así era de cariñoso conmigo!
Hasta que un día apareció N. B. en la vida de mi hijo S. haciéndose pasar por un supuesto consultor de empresas, ofreciéndole un supuesto trabajo.

N. B. se publicita en páginas webs como un supuesto "consultor de empresas":






Pero N. B. es auditor y miembro de cienciología. En sus anuncios dice: "aplico la tecnología de L.R. Hubbard", que es el fundador de cienciología.

N. B. le hizo el test de personalidad a S. y luego le dijo que tenía que ir a Buenos Aires a hacer el curso de comunicación de cienciologia porque estaba lleno de problemas, que ahí lo iban a curar, que eran psicólogos no convencionales.

Un día el señor N. B. se presentó en la Universidad en la que mi hijo estudiaba. Yo me encontraba con mi hija allí. N. B. se acercó a nosotras y nos amenazó diciendo que se llevaría a mi hijo S. "cuando yo quiera y lo necesite, lo voy a llevar a psicólogos no convencionales, a los que no va la gente". Y cumplió con su palabra: se llevó a mi hijo S. hace más de 4 años.
Vivo entristecida. Mas aún cuando me viene a la mente esta pregunta: ¿estaba planeado que esto le iba a suceder a mi hijo S., que era un alumno reconocido en la Universidad?, ¿qué le estará pasando ahora mismo?, ¿qué le estarán haciendo?, ¿llorará?, ¿necesitará de mí y no podrá pedir mi ayuda porque lo tienen amenazado y lo han obnubilado?
Muchas noches no duermo pensando y pidiendo a Dios que me guíe, que me ayude a encontrar la forma de ayudarlo a salir de esa prisión intelectual en la que lo tienen sometido.

En el camino hemos confiado en mucha gente que, al final, nos ha fallado, solo nos han sacado información.
Verlo casi correr para alejarse de mí y de su hermana… ¿hacia dónde?, ¿hacia quiénes? Donde nadie lo quiere ni lo cuida.
Mis otros dos hijos y yo estamos juntos y nos damos fuerza mutuamente.

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